martes, 20 de marzo de 2012

EL PAPEL DE LA FAMILIA EN NUESTRA COMUNIDAD

La familia, mas allá de ser un grupo de personas que viven juntos, es un pequeño laboratorio donde los hijos aprenden y ensayan formas de comportamiento que más adelante llevarán a la práctica fuera del hogar. ¿Cómo es posible esto? Es dentro de la familia donde se promueven valores, creencias, donde se refuerzan conductas y se impulsan actitudes y hábitos en los niños y jóvenes.

Educación para la vida
Las formas de convivencia dentro del núcleo familiar cobran una gran importancia y pueden reflejarse en la manera en que nuestros hijos se relacionarán más tarde con otros, puesto que  las conductas aquí aprendidas servirán de base para sus futuros procesos de socialización fuera del hogar.
Así como las escuelas brindan educación académica, las familias educan para la vida; en este caso, los educadores suelen ser los cuidadores: padres, abuelos, tíos, hermanos, tutores, vecinos, guarderías, etcétera.

El ejemplo arrastra
Una de las formas más utilizadas y de mayor influencia en el aprendizaje es “el ejemplo”, el cual suele provenir de un modelo cercano que, al realizar una conducta resuelve una necesidad. Así pues: padres que al gritar imponen su voluntad, hermanos mayores que al llorar obtienen lo que quieren, mentiras piadosas para resolver problemas, palabras obscenas, etcétera; son ejemplos cotidianos en una gran cantidad de familias. Usted se preguntará ¿por qué se aprende más de los ejemplos negativos que de los buenos?
Podemos explicarlo del siguiente modo: las consecuencias que se obtienen por una conducta adaptativa como la honestidad implican valor, esfuerzo y se premian, muchas veces a futuro, pues “cada quien cosecha lo que siembra”. Sin embargo, la cosecha a veces es a mediano o largo plazo, o en la peor situación, no se obtiene consecuencia buena al fin y al cabo ¿Por qué felicitarlo por decir la verdad… si es obligación de buen cristiano?

Está claro el papel de cada uno
En cambio, las conductas desadaptativas, como golpear, insultar, mentir, robar, constituyen para muchos el camino fácil, pues evitan esforzarse al permitir desahogarse, evadir el regaño, u obtener dinero fácil; por todo ello, al satisfacer de manera inmediata, aunque se trate de conductas altamente destructivas, al traer consecuencias inmediatas recompensantes se fijan en nuestro repertorio y luego se realizan en automático. En este caso vale la pena considerar que las consecuencias de actos como éstos, tarde o temprano, nos traerán grandes problemas, por lo que vale la pena reflexionar sobre qué es lo que realmente nos conviene.
Una familia donde padre y madre ejercen las funciones que les corresponden, trabajando hombro a hombro y apoyándose mutuamente, ejerciendo sus roles de pareja y de padres, facilita la construcción de un sano ambiente familiar.
La familia estructurada favorece la adaptación de sus miembros a la sociedad por la gran influencia que los padres ejercen sobre las creencias, valores y actitudes de los hijos.

Relación padres e hijos: poderosa arma
No es casualidad o designio del Creador que en una familia disfuncional se presenten en sus miembros problemas como adicciones, embarazos no deseados, delincuencia, y otros problemas psicosociales o de salud pública; más bien, podemos decir que una familia que, desde su formación, no ha funcionado sobre bases sólidas, valores y reglas claras, es altamente vulnerable a la frustración que emana de su propia dinámica, por la influencia de problemas psicosociales compartidos en la comunidad, por la presión de los amigos, o por mensajes nocivos de medios de comunicación, entre otras múltiples causas.
Por esto, es indispensable reflexionar sobre el papel protagónico que los padres o cuidadores deben tener dentro del sistema familiar. Una buena relación entre padres e hijos constituye una poderosa arma de protección ante problemas como los antes mencionados, pues es necesaria para crear un clima propicio de comprensión, satisfacción, desarrollo de la autoestima y autocontrol, que le permitirá, más delante, manejar su libertad con prudencia y responsabilidad.

Ser padre no es sencillo

No olvidemos que nadie puede venir a hacer nuestro trabajo como padres, por esto vale la pena preguntarnos:
- ¿Como hemos construido las relaciones al interior de nuestra familia? Quizá como padre me respetan porque me quieren, o porque me temen.
- ¿Quién cuida a tus hijos? No olvides que cuidarlos es algo más que mantenerlos a salvo; cuidarlos implica formarlos para una vida sana e independiente; por consiguiente, vale la pena que el o los cuidadores sean personas preparadas y emocionalmente saludables.
- ¿Qué predican mis ejemplos? Cuidemos que nuestros actos coincidan con nuestras palabras, y que éstos sean constructivos.
- ¿Valoro cada esfuerzo de mis hijos? Hay que felicitar a nuestros hijos y valorar sus logros y buen comportamiento en el momento en que sean realizadosm, pues esto los hará sentirse seguros y los ayudará a moldear y fijar conductas adaptativas. No nos limitemos a señalar sólo sus fallas, ello trae únicamente frustración y conflicto al hogar.
Así pues, ser padre no es sencillo ni lo ha sido nunca; sin embargo, ahora la ventaja es que se cuenta con una amplia gama de instituciones y profesionales que pueden auxiliarnos cuando la situación familiar nos rebase. Ánimo, juntos podemos construir una comunidad cada vez más sana para todos.

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