martes, 20 de marzo de 2012

SISTEMA POSTPENITENCIARIO

Pongo a su disposición articulo sobre Familia y Reinserción Social, la importancia que tiene éste grupo en el logro efectivo de un cambio en el sujeto.



La Familia durante mucho tiempo ha sido objeto de estudio dentro de las distintas ramas de las Ciencias Sociales, se le han atribuido características, funciones, roles, tipos, y un sin fin de definiciones para poder comprender las relaciones que se dan entorno al grupo familiar, y cómo éste se ha entendido a lo largo del tiempo. Cabe destacar dentro de ello, la importancia que la Familia tiene en los procesos de socialización por medio de la entrega de valores y conductas.

Algunos autores han llegado a señalar que un niño es lo que la familia le ha entregado, ya que es parte sustancial en su desarrollo. Además la importancia que tiene mantener una relación entre los integrantes basada en la buena comunicación, cariño y afecto, ya que en los momentos de mayor crisis es siempre la familia el pilar fundamental de apoyo , o por otro lado en reiteradas ocasiones de conflictos uno de sus integrantes desea hacer lo que sea por salvar a su familia, cómo comúnmente se dice; “ yo haría lo que fuera por mis hijos”, “esto lo hago por mi familia”, “ si tengo que hacerlo por ellos, tendré que cambiar”. Miles son las frases que regularmente todos los sujetos mencionan dando a conocer lo importancia que la familia tiene dentro de sus vidas.

La institución familiar en la actualidad da a conocer la pluralidad de la sociedad, existen diversos tipos de familias, que responden a cómo se ha conformado; “la unión legal; unión consensual o de hecho; la familia nuclear y la familia ampliada; la familia reconstituida a partir de una nueva unión; la mujer o el hombre solos cabeza de familia; la familiarización de los amigos; diversos grupos de crianza”[1]. Independiente del tipo de Familia es importante mencionar que las relaciones que se dan son de amor fraterno y solidaridad, es un lugar de refugio. Es por esto último que la intención de los Padres de Familia de mantenerla siempre unida, en lo posible estableciendo una identidad familiar que permita la existencia de un nosotros, de un nosotros cohesionado.

Pero no siempre es posible mantener a la familia unida, son miles los casos, que por diversas razones, han llevado a que ésta se separe y una no menor es cuando uno de sus integrantes comete algún delito y debe ingresar al sistema de privación de libertad, más conocido como cárceles. Lo que puede tener más de una consecuencia, por lo general siempre negativas, una de ellas es que el privado de libertad comienza a vivir un proceso de gran magnitud, por el cual debe ingresar a nuevo subsistema de la sociedad, en donde “debe aprender un conjunto de valores, reglas, normas de convivencia y hasta un nuevo leguaje” [2], lo que comúnmente se le llama la cultura carcelaria. Además podríamos agregar que las cárceles son “un lugar de residencia y trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un periodo apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente”[3]

De lo anterior nacen varias preguntas; ¿Cuál debe ser el rol de la familia del interno durante el cumplimiento de su pena? ¿Gendarmería debe disponer de programas que incluyan a las familias, para que el tiempo que el privado de libertad éste sin ella, pueda sobrellevar su angustia de mejor manera? o ¿Incluyendo a las familias durante el proceso de reclusión podríamos asegurar mayores niveles de reinserción social de los internos?

Son miles las preguntas las cuales para responderlas nos llevaría a analizar varios aspectos, algunos propios de la familia y otros relacionados al manejo de Gendarmería, algo que podría ser sumamente complejo por lo que nos abocaremos solamente conocer ¿cuál es la importancia que tiene la presencia activa de las familias en el proceso, que ha definido Gendarmería como, de readaptación y reinserción social?

Primero, es pertinente precisar que la privación de libertad implica la pérdida del derecho a desplazamiento, y en ningún caso se pierden los derechos fundamentales de las personas, por lo que es menester aclarar que la familia es “sujeto de derecho”[4] derecho de toda persona a constituir familia, todo hombre y toda mujer tienen derecho a fundar una familia como elemento natural de la sociedad, a recibir protección para ella y mantenerla dignamente. Lo que permitiría decir que nadie puede quitarle a una persona el derecho de mantener su vínculo familiar, incluso a aquel que esta cumpliendo una condena privativa de libertad.

Segundo, Gendarmería en su misión contempla además de atender, vigilar y asistir a los reclusos, contribuir a la reinserción social de los mismos. Proceso que parte una vez que el interno ya ha cumplido, por lo menos, la mitad de la pena promoviendo programas en diversas áreas; laboral, educacional, deportivo, culturales y recreativas, pero también plantea programas para el trabajo con la familia de los reclusos. Ya que considera que es necesario reestablecer los lazos socio-afectivos y entregar un apoyo psico- social por medio del cual éste pueda compensar parte de lo que le ha quitado la privación de libertad, porque la “reclusión significa el enfrentamiento de una serie de procesos de desestabilización, a raíz de una cambio situacional, y de readaptación a las condiciones de vida”[5] desde el momento que el sujeto ingresa al sistema penitenciario hasta el momento de egresar y recuperar la libertad.

Tercero, la familia dentro del proceso de reclusión debe adaptarse a la ausencia de uno de sus miembros lo que conlleva a una reorganización a nivel interno y a nivel de sociedad, esto implica un gran esfuerzo por mantener la identidad familiar, el apego entre los miembros, la capacidad de apoyar al familiar que esta cumpliendo condena y una lucha por la exclusión social, debido a las consecuencias económicas y psico-sociales. Además de lo anterior, la familia tiene la difícil misión de ser el sostenedor afectivo del interno debido a que la vida en la cárcel le ofrece “una rutina homogénea, con una particular arquitectura, una institución cerrada que disciplina tu diario vivir”[6].

Para complementar lo anterior podemos decir que Gendarmería dentro de sus programas de atención social para los internos, incluye uno para la integración familiar “que tiene como objetivo lograr un mejoramiento del sistema familiar del recluso próximo a obtener beneficios de salida al medio libre a fin de contribuir a una adecuada reinserción social”[7] y también un programa que lleva por nombre “Conozca a su hijo”, que se inserta en los programas de apoyo psico-social, busca establecer lazos de unión y relación entre Padre-Madre y sus Hijos, donde por medio de jornadas de trabajo conjunto se busca el conocimiento y acercamiento real, además de posibilitar la participación en los procesos de formación del niño y de apoyo escolar. Con estos programas las familias pueden ser parte del proceso que vive el interno, lo que involucra una carga emocional sumamente fuerte, tanto para la pareja como para los hijos, por lo mismo el apoyo psico-social se entrega a nivel familiar, y no exclusivo del interno.

Si bien todo lo mencionado nos ha llevado a comprender la importancia real que tiene la familia para el trabajo de preparación del egreso, todavía no podemos responder sobre su importancia en los procesos de readaptación y reinserción social, y vale decir que el trabajo con las familias no es el único nivel para lograr dichos procesos, ya que esto implica aspectos como la valorización del trabajo y la nivelación escolar, las cuales serán las grandes herramientas para poder comenzar a vivir nuevamente en el medio libre, sin embargo, debemos contrarrestar que la familia en éste mismo proceso sí juega un rol importantísimo porque será ella quien deberá, una vez que el interno cumpla su condena, acompañarlo para no reincidir debido a las frustraciones que pueda vivir a consecuencia de una estigma social, “ el interno al abandonar la cárcel sale con muchas experiencias antagónicas a las del medio libre, que guardan relación con las desarrolladas por la llamada contracultura de la cárcel, que hacen que el preso aprenda nuevos y más hábitos delictuales, antisociales y negativos, los que una vez libres generen desequilibrios conductuales”[8]. Lo que estaría permitiendo ir consolidando el proceso de readaptación y reinserción social, en paralelo a la demás áreas.

También datos presentados por la Corporación de Rehabilitación Social (CORESOL)[9] afirman que el trabajo con las familias aporta de sobre manera a que los internos participen en sus capacitaciones laborales y nivelen sus estudios, lo que ha tenido consecuencia en la disminución de las tasas de reincidencia. Esta institución ha trabajo el reencuentro familiar en pos de mejorar la comunicación entre los miembros del grupo familiar, y así poder conversar temas que los unan y fortalezcan el dialogo familiar.

Manuel Valdés, Presidente de CORESOL, plantea que según su experiencia los internos quieren y pueden aprender, pero necesitan las condiciones adecuadas para lograr objetivos tan altos como la reinserción, por lo que debemos aprovechar el estimulo social y familiar que incentiva al interno a querer cambiar su condición actual.

En consecuencia podemos decir que en la familia del recluso recae el rol fundamental del proceso de reinserción y de descontaminación del mismo en el momento que egresa del sistema penitenciario. Y es así como las mismas familias, siendo participes de la intervención, “consideran fundamental contar con el seguimiento en el apoyo de integración familiar y por sobre todo fortalecer la consolidación de valores que muchas veces son rotos por el encierro de algún miembro de la familia, siendo muchas veces el jefe de hogar”[10]

Para concluir podemos decir que la participación activa de las familias de los reclusos durante el tiempo que éstos cumplan condena, por medio de las visitas, jornadas de trabajo, acompañamiento, restablecimientos de los lazos socio-afectivos, entre otras metodologías, permitirán que desempeñe de mejor forma ciertas competencias sociales y capacitación laboral que faciliten su inserción social y eviten futuras reincidencia. Por que si bien los procesos de reinserción y de readaptación, como tales, comienzan una vez que la pena esta cumplida todo éste trabajo previo al egreso del recluso permitirá que un futuro, no muy lejano, éste pueda desenvolverse de las formas esperadas.

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